Si de longevos en el deporte hablamos…

La práctica de deportes es una manera bien sana de vencer el ocio, el sedentarismo y, por supuesto, la obesidad. El entrenamiento diario, aunque no sea este riguroso, provee al ser humano de una vitalidad tal que muchos, a edades avanzadas, demuestran que el tiempo apenas ha hecho mella en ellos.

atanEl inglés Stanley Matthews, 1 de febrero de 1915 – 23 de febrero de 2000, por ejemplo, jugador de fútbol, por su longevidad en el deporte es apodado, con justeza, “Matusalén”. En cierta ocasión un periodista le preguntó:

–          ¿A qué se debe el maravilloso hecho de que llegara a jugar en el Campeonato Nacional inglés hasta los 50 años?

–          Siempre cuidé mucho, pero supongo que lo más significativo fue que jamás acudí a los entrenamientos en auto.

–          Pero… ¿Usted vive a 15 kilómetros del estadio?

–          Siempre asistí caminando. Recorría, lo menos, 30 kilómetros diarios. 15 de ida y 15 de vuelta. Pero no solo eso, llegaba, agarraba mi bicicleta, y comenzaba a andar la barriada.

–          O sea, que llegaba a su casa y no descansaba.

–          No. No podía descansar.

–          ¿Por qué?

–          Si conociera a mi esposa no me formulara esa pregunta. Cada vez que abría la puerta recibía de ella alguna encomienda.

Longevo es, sin dudas, el boxeador Kentucky Rosebud. Este negro estadounidense, poseedor de una pegada temida y una técnica poco depurada, libró su último combate en 1916. Tenía, nada más y nada menos, que 63 años. En esa ocasión derrotó por nocaut a John Jonson, púgil 18 años más joven que él.

George Bernard Shaw, también boxeador representante de los Estados Unidos, estuvo activo, y, además, peleando con un ojo de vidrio, hasta los 80 años.

Frantisek Mokri, por su parte, corredor checoslovaco de distancias cortas, falleció a la edad de 99 años. Durante su carrera deportiva no logró premio importante alguno, aunque su tesón es digno de ser reconocido. Retirado de las pistas solía ir, a diario, a cumplir con el entrenamiento. A pesar de no estar activo oficialmente se le consideraba como un atleta más. En cierta ocasión, tras vencer los 100 metros planos, se acercó a su entrenador:

–          ¿Cuánto marcó el cronómetro?

–          Treinta y 2 segundos y 2 centésimas.

–          Ufffffff, estoy mal- Respondió Mokri con una mueca- Ayer lo hice en 26 segundos.

Tras manifestar su inconformidad marchó a las duchas. El preparador físico lo vio alejarse con una sonrisa. Era de admirar. En 7 días Frantisek Mokri arribaba a la edad de 92 años.

La mujer, por su parte, no ha estado exenta de lo anterior y ha dado muestras de longevidad deportiva. La esgrimista austriaca Ellen Müller Preis se registra como la deportista que más participó en unos Juegos Olímpicos. Se le vio accionar en 5 ediciones, de 1932 a 1956, y conquistó una medalla de oro y 2 de bronce. Cuando fue vista por vez última, en Melbourne’ 1965, tenía 50 años de edad y era madre de 4 hijos.

Pero no solo son atletas. No solo son los ejecutantes, sino lo ejecutado. Los ingleses Lawrence Grant y Machrow McLennan iniciaron una partida de ajedrez en 1927, en la ciudad de Cambridge. Después de 3 jugadas cada uno, decidieron continuarla por correspondencia. Tiempo después, McLennan, que se residía en Australia, telegrafió su movimiento número 52 y concertó tablas con su oponente y amigo de la infancia. Sucedió en 1976. Habían transcurrido 49 años.

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